The Roosevelt Hotel de Nueva York, el “testigo silencioso”

The Roosevelt Hotel de Nueva York, el “testigo silencioso”

El hotel más innovador y el de mayor historia en la Gran Manzana

La ciudad que jamás duerme es una máquina de crear éxitos y novedades en todos los sentidos, desde el arte hasta la comida, todo está sometido al constante cambio. Sin embargo, todavía quedan allí algunos testigos silenciosos que la vieron crecer y transformarse; esos que resistieron las modas y las tendencias y que ahora pueden llevar orgullosos el título de clásicos.

Ubicado en  el centro de la Gran Manzana, donde la avenida Madison se cruza con la calle 45antes, The Roosvelt Hotel fue fundado en 1924. Es anterior al reconocido Waldorf Astoria, y por ende, fue testigo como se levantaron el Empire State Bulding, el Rockefeller Center y como fueron consagrándose las marcas que hoy son un éxito en la 5ª Avenida. Si sus paredes hablaran podrían contar, solo por mencionar algo, que fue llamado así en honor al presidente y Premio Nobel de la Paz Theodore Roosevelt, que en sus primeros años, sus huéspedes llegaban desde la Gran Central Terminal al Lobby del Hotel por un pasaje subterráneo y que a fines de los años 20 y durante tres décadas, el trompetista canadiense Guy Lombardo y su banda llenaban el hotel con música.

Además, este hotel, fue el primero en incluir radios y televisores en sus habitaciones. También fue un adelantado al ofrecer un lugar especial para los niños, un health club, y durante un tiempo, baños turcos y hasta un hospital con quirófano para los huéspedes. Además, sus instalaciones fueron escenario de varias películas, entre estás Wall Street, Malcom X y algunos capítulos de la serie Mad Men, etc. 

En la actualidad

Hoy, sus puertas giratorias funcionan como un túnel del tiempo que desemboca en el impactante lobby ambientado según una estética propia de los años 20, con desniveles y columnas de mármol alumbradas por una inmensa araña de caireles.

Desde la recepción se accede al Madison Club Lounge, con una gran barra donde por la mañana se sirve café Starbucks en un cálido ambiente decorado con paneles de madera, vitraux y cómodos sillones de cuero. Los ascensores llevan a las 1015 habitaciones, - 33 son suites-, que fueron recicladas hace cinco años con respeto absoluto por su estilo tan neoyorquino y aggiornadas con televisores de última generación, Wifi y iPod. En el piso 19 funciona el mad46 Rooftop Lounge, una espectacular terraza para disfrutar diversos tragos con vista al skiline de Nueva York.

En definitiva, todas “joyitas” que brinda este hotel, cuya ubicación es un privilegio y su relación calidad - precio parece no tener rival. Digno de ser visitado.