El espectacular entorno de Recife y Porto de Galinhas

El espectacular entorno de Recife y Porto de Galinhas

La “Venecia Brasileña” o el  “Hollywood de Brasil”

 

Si no conoce las espectaculares playas del sur del estado de Pernambuco, le invitamos a mejor seguir los pasos indicados en esta nota para reconocerla o descubrirla a través de sus facetas más emblemáticas. 

  • Recife es la capital del estado de Pernambuco en el noreste de Brasil que se distingue por sus numerosos puentes, islotes y penínsulas. Una ciudad de contrastes, de arte y sobre todo de playas encantadoras. Conocida como la “Venecia Brasileña” o el “Hollywood de Brasil” posee un patrimonio cultural riquísimo y una gran historia de influencias, donde lo antiguo se une con lo moderno. Las colonias portuguesas, españolas, holandesas y francesas han dejado su huella en la ciudad incluyendo museos, fortalezas, puentes, monumentos y edificios neoclásicos.

Al sur, la playa Boa Viagem es resguardada por arrecifes y rodeada de modernos hoteles y restaurantes que contrastan en los edificios vidriosos y enormes, sumados a los vestigios coloniales de la zona céntrica y los canales acuáticos que corren por la ciudad.

Entre los puntos atractivos a conocer se destacan:

  • El Parque Dona Lindu: aquí hay naturaleza con áreas protegidas donde el turista puede relajarse y conocer la flora de la zona. Fue diseñado por el reconocido arquitecto Oscar Niemeyer y se trata de un espacio polivalente con esculturas como la galerñia de arte de Janete Costa, el teatro Luiz Mendoça u otras atracciones como pistas de patinaje, zona de juegos para niños  y variedad de eventos los fines de semana.
  • Olinda: declarada Patrimonio Histórico Cultural de la Humanidad, esta ciudad satélite de Recife fue conquistada por portugueses durante la época colonial y conserva gran parte de su arquitectura, gastronomía y costumbres heredadas. Se destaca el Mosteiro de Sào Bento y su altar de oro y el convento de Sào Francisco, así como también el mercado da Ribeira y su Artesanato. Bonitas vistas, calles empedradas y casas coloridas. Sin olvidarse que desde la altura d la colina de Olinda puede verse toda la gran ciudad de Recife haciendo contra punto con el océano Atlántico.
  • Playas urbanas: el verdadero tesoro de Recibe son sus hermosas playas urbanas llenas de mar cristalino, arena blanca  y rayos de sol, una mezcla irresistible que ha inspirado a grandes músicos brasileños tales como Caetano Veloso o Toquinho y que atrae a millones de visitantes cada año.

Es además un punto muy atractivo para los amates del submarinismo ya que hay más de cien enclaves submarino que descubrir y admirar.

Entre las playas que no hay que perderse se encuentran:

Praia de Boa Viagem: con siete kilómetros de costas es un verdadero símbolo, sobre todo la zona de Pina para visitar la isla de Itamaracá en la costa norte, caracterizada por un mar tranquilo y pacífico. 

Las aguas de Boa Viagem son muy cristalinas y sus playas están repletas de cocoteros que enriquecen el paisaje. Aquí se concentran la mayoría de los hoteles, restaurantes y locales nocturnos, así como tiendas de artesanías. La única recomendación es no acudir a zonas demasiado alejadas de la orilla para evitar ser atacados por los tiburones.

Praia de Calhetas: una pequeña joya a 40 kilómetros de Recife, dentro del municipio de Cabo Santo Agostinho: una franja de 200 metros en forma de corazón rodeada de rocas. Famosa por el buceo, la pesca en alta mar y el surf. Se puede ir al teleférico y admirar la belleza de la zona desde arriba. 

Puerto de Galinhas: ubicada a 60 kilómetros de Recife, esta playa ha sido votada muchas veces seguidas como la “Mejor Playa Brasileña” por los lectores de la revista brasileña Voyage Tourism. Las razones son evidentes: la belleza de sus piscinas naturales, sus senderos naturales, su infraestructura hotelera, la proximidad de la ciudad de Recife y su aeropuerto. Un lugar ideal para hacer buceo, snorkel, caminar y disfrutar del espectacular rincón del Atlántico y de un balneario con todos los servicios. No hay tráfico frenético ni vida nocturna excesiva, un lugar único por su relax, por lo pintoresco y por su belleza natural. 

  • Paseo en Catamarán: se puede pasear por los canales de día o de noche. A la noche el clima acompaña y se puede observar toda la ciudad iluminada desde el muelle hasta el marce Zero pasando por frente al Parque de las Esculturas, el viaje presenta un doble juego de realidad con las luces que reflejan el agua. 
  • Carnaval de Recife: se realiza en el mes de febrero y tanto como en Río o en san Salvador, se vive como la fiesta más auténtica. Las tradiciones y el tributo a la herencia africana se hace presente en el colorido espectáculo de los Blocos da Rua que desfilan por las calles. Una fiesta que dura cinco días pero que se prepara todo el año.