Nepal: cultura milenaria y naturaleza en el valle de Katmandú
Un país con encantos fuera de ésta época
Nepal es un país etéreo y famoso por sus templos y montes del Himalaya,-entre estos, el Everest-, se encuentra entre la India y el Tíbet. Los visitantes de estas tierras lo hacen por una variedad de razones. A algunos les atrae escalar sus montañas o hacer trek en el Himalaya, a otros les atrae su cultura y su reconocida capital y a otros la búsqueda de un despertar espiritual.
Lo cierto es que Nepal puede ser todo, desde una aventura de adrenalina hasta una experiencia que cambia la vida, dependiendo del itinerario y mentalidad del viajero.
La entrada a extranjeros a este país está permitida solo desde el año 1951. Y si bien desde esa época han ocurrido cambios importantes, aún conserva el encanto de un lugar fuera de tiempo.
Su capital actual, Katmandú tiene un barrio antiguo lleno de santuarios hindúes y budistas. Además, alrededor del valle de Katmandú se encuentran Swayambhunath, un templo budista que alberga monos y Pashiupati Nath, el templo más venerado del hindú, donde llegan devotos de Shiva de todas partes de India. Este templo es el complejo más grande del país. Allí comienza y finaliza el tradicional circuito de peregrinación.
Cultura y más cultura
Por otro lado, se encuentra la ciudad medieval, antigua de Bhaktapur, conocida como la ciudad de los devotos, la cultura, el patrimonio vivo y la joya cultural de Nepal. Posee un arte elegante, una cultura fabulosa, festivales coloridos, danzas tradicionales y la comunidad indígena de Newari, además de ser Patrimonio de la Humanidad declarada por la UNESCO. La plaza de Bhaktapur Durbar es la mejor para observar su excelente y rica arquitectura y tallas del templo. Sin dejar de participar de la experiencia de realzar compras, sobre todo souvenirs, alfarería, títeres, máscaras y artesanías culturales.
También el valle alberga santuarios budistas exquisitos y sagrados y sin olvidarnos de comentar que es el mejor lugar para probar la cocina nepalí, o atestiguar la artesanía tradicional, aprender yoga y meditación y realizar una gira por el famoso Monte Everest, el más alto del mundo.
El centro histórico de Nepal se encuentra en el valle de Katmandú, enclavado entre montañas que superan los 3000 metros de altitud. Ahí se localizan Patán y Katmandú, la antigua y la actual capital respectivamente. Patán es la segunda ciudad más grande del valle, y su historia se remonta al año 250 a.c., cuando los rincones de la antigua ciudad estaban marcados por Stupas. Hoy, sus principales atracciones incluyen el templo de oro y el templo de Kumbeshwar.
Otro lugar a conocer es Lumbini, lugar de hallazgos arqueológicos que datan del año 550 a.c. El legendario sitio atrae a eruditos, científicos y visitantes curiosos ya que aquí, la madre de Buda,- Maya Devi-, dio a luz cerca de un árbol en el jardín, el cual hoy en día es un templo que lleva su nombre. Situado en el centro de un pequeño parque diseñado por el arquitecto japonés Kenzo Tange, el complejo también cuenta con múltiples monasterios, estanques sagrados, centros de meditación e instalaciones culturales.
Quien visite Nepal no puede dejar de conocer el valle de Pokhara, ubicado al lado del pintoresco lago UF. Este lugar ofrece la oportunidad de viajar en parapente como ningún destino puede.
Tampoco se puede dejar afuera el Parque Nacional de Chitwan, un área rica en el Terai donde se registran alrededor de 68 especies de mamíferos, más de 500 especies de aves, 56 especies de fauna herpeto y 126 especies de peces. Además, el parque es popular por su protección a un rinoceronte de cuernos, tigre real de bengala y el cocodrilo Gavial.