El Tren Turístico de la Sabana
Mira ésta agradable y maravillosa forma de viajar en Bogotá.
Una forma diferente de viajar en Bogotá
Bogotá es una de las ciudades más hermosas del continente americano. Justo en el centro de Colombia, es también la tercera capital más alta en América del Sur (después de La Paz y Quito), a 2600 metros sobre el nivel del mar.
Pero si cautivante es la ciudad, igual de atrayente es la sabana donde está enclavada. Esta región natural es conocida como la sabana de Bogotá, que forma parte del altiplano cundiboyacense, en la cordillera Oriental de los Andes. Y que mejor forma de disfrutar la sabana que en un bucólico paseo en tren.
La aventura comienza ya desde la visita a la Estación de Usaquen, en el 110 de la Avenida Carrera 9 (Tf +57 6297407), frente al Centro Comercial Santa Ana. Abierta de lunes a sábado, de 8:30 a 17:30, la estación ofrece un recorrido en uno de sus vagones clásicos por la hermosa Sabana de Bogotá. Es además un buen sitio para tomar bonitas fotos desde hace mucho, como lo atestiguan las fotografías de los antiguos trenes desde sus paredes.
Una jornada tranquila
Durante el viaje se puede disfrutar de la música tradicional colombiana y de refrigerios en el vagón cafetería, a precios módicos. Excepto en verano, el tren es tirado por una bien conservada locomotora de vapor. El trayecto recorre las afueras de Bogotá por las localidades Zipaquirá y Cajicá.
Este no es un viaje para los que tienen prisa, pues la velocidad del tren rara vez excede los 30 kilómetros por hora.
Es un tiempo para disfrutar con la familia y los amigos, sin importar la edad, pues es adecuado tanto para el bebé que nunca ha montado una locomotora antigua como para el abuelo que la recuerda a la perfección. No hay grandes retos físicos y sí mucho descanso y relajación. Todo el trayecto está bien concebido para el disfrute del turista.
En las paradas pueden encontrarse excelentes restaurantes, tanto en Zipaquirá como en Cajicá, pero igual se pasa bien con un rico desayuno con tamal frente a la estación.
Imperdibles también las visitas a la Catedral de Sal de Zipaquira y la Mina de Sal de Nemocon, incluidas en el recorrido.