Los compañeros de vuelo menos deseados

Los compañeros de vuelo menos deseados

Conoce cuáles son los viajeros considerados como los peores compañeros.

Una encuesta devela al lado de quien los viajeros no quieren sentarse

El prestigioso portal de viajes  Skyscanner realizó una extensiva encuesta sobre quienes los viajeros consideran los peores compañeros de asiento.

La gran mayoría de las aerolíneas permiten elegir, según capacidad, si el viajero se sentará en la ventanilla, junto al pasillo, cerca de una salida de emergencia o cerca de los baños. Pero no pueden predecir las características de quienes se sentarán a su lado. 

El hecho de permanecer durante varias horas junto a un vecino molesto es suficiente para amargarle las vacaciones a cualquiera. De la misma manera, podemos tomar esta lista para saber que puede molestar a nuestros compañeros de viaje, y así no formar parte de la estadística.

La encuesta arrojó los siguientes resultados sobre los peores compañeros de viaje.

Un vecino con mal olor corporal (35%)

Vamos, que es una verdadera pesadilla. Además de que no hay como escapar del olfato: aquí no ayuda ni los auriculares ni la mascarilla. Y lo peor, es que el olor se impregna en nuestra ropa y al bajar del avión nosotros también apestaremos.

Un pasajero con sobrepeso (19%)

Una catástrofe sin dudas. Si estamos entre la persona y el pasillo, nos aplastarán cada vez que el vecino quiera ir al baño. Si estamos en la ventanilla, seremos nosotros los que tengamos que pensárnoslo para salir. Y todo eso, con nuestro espacio vital reducido al 75% en el mejor de los casos.

Un achispado bebedor (15%)

O por las claras, un pasajero borracho. Acá se mezcla lo que habíamos hablado del olor con la constante amenaza del vómito y las impertinencias de nuestro compañero, con el que la mayoría de las veces no se puede razonar.

Un bebé (9%)

Adorable o no, si se pone a llorar es el incordio definitivo. Eso sin contar los mil bultos que la atribulada madre tiene que manejar al mismo tiempo. Pero hay que hacer tripas corazón, porque con un vecinito así no se puede razonar.

Un niño (7%)

Por la misma cuerda, hay vecinitos intranquilos que insisten en entrar y salir constantemente de su asiento. En defensa de la infancia muchos niños ya son viajeros habituales y saben comportarse en el avión, pero en otros casos uno llegado el punto comienza a repetir una plegaria para que el crío se acabe de dormir.

Fiesta de despedida de solteros (5%)

Esta variante es cada vez más popular, y los chicos (o chicas) pueden estar sobrexcitados y ponerse molestos. En estos casos paciencia y ojalá alguno de ellos o ellas sea modosito(a) y demande buen comportamiento a sus colegas. Sino, siempre queda la opción de unirse al enemigo.

Un hablador  (4%)

Un poco de conversación durante el viaje siempre se agradece…a menos que “un poco” se convierta en “todo el tiempo”. Aun así, siempre se puede echar mano a los audífonos o hacerse el dormido.

Un pasajero nervioso (1%)

Como lo refleja lo bajo de su estadística, es cada vez menos frecuente encontrar a un pasajero particularmente nervioso. Y, vamos, cualquiera de nosotros se ha puesto inquieto alguna vez al viajar. Hable con su vecino y tranquilícelo.

Una pareja amorosa (1%)

Cada vez somos menos los que nos escandalizamos por los excesos amorosos de una pareja. Casi todos lo vemos con benevolencia, recordando que esto también lo hicimos nosotros… o lo haríamos si tuviése