10 formas de arruinar unas vacaciones

Parece una lista de ideas para unos chicos traviesos (bueno, también lo es) pero algunas de estas cosas bien que podrían pasarle a cualquiera. Toma notas de ellas y evítalas si quieres pasar unas vacaciones como es debido.

Confiar ciegamente en los anuncios

La publicidad no es la realidad. Gracias a muchos sitios donde huéspedes reales dan su opinión, bien puedes tener una perspectiva más real. En las fotos de los anuncios todo puede resultar paradisíaco, pero si investigas un poco evitarás que haya un sitio de construcción justo afuera de tu cuarto dándole al martillo neumático todo el día. 

Creer que siempre hay sol en vacaciones

Que quede claro que las playas no van a estar tibias en todo el año, ni que ese huracán que lleva dando vueltas por el Atlántico va a perdonar milagrosamente tus vacaciones en el Caribe. Consulta el pronóstico del tiempo y los registros históricos del lugar que vas a visitar y evitarás chascos.

Hacer bromas en el aeropuerto

Recuerda que a los oficiales de aduana no les pagan por reírse de tu buen humor. No hagas chistes sobre el contenido de tu equipaje de mano ni alardees de la granada de mano que llevas con la azafata. Evita pasar un mal momento.

No contar con un seguro de viaje

Si bien es cierto que ahorrar un poco en seguro puede parecer una buena idea pero las contingencias sí que existen. Correr con el gasto médico en el extranjero, pagar el importe de los daños después de un choque  de autos o repatriar tu cadáver después de un accidente no es tarea sencilla si no tienes un seguro apropiado.

Dejar el pasaporte en casa

Parece un cliché de una película pero bien que puede pasar. Darse cuenta que olvidaste el pasaporte en medio del aeropuerto es lo mejor para arruinar las vacaciones de cualquiera. Aun dentro del mismo país, siempre es buena idea chequear que salimos fuera de nuestra ciudad con una apropiada forma de identificación.

Pensar que tienes tiempo de sobra

Es preferible esperar un poco en el aeropuerto que llegar a tiempo tan solo para ver cómo sale nuestro vuelo. Siempre hay que dejar un margen para imprevistos como el atasco de tráfico o el oficial de aduana que es minucioso al extremo.