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Con la llegada de las vacaciones, miles de jóvenes británicos arriban a España para una sola cosa: fiesta.
Aunque esta imagen genera sin lugar a dudas grandes dividendos para la industria hotelera, los ayuntamientos de las ciudades de la Costa Dorada y otros destinos de playa se enfrentan a situaciones que deslucen sus comunidades y molestan a quienes tienen en ellas residencia permanente.
El alcohol
Entre los springbreakers abundan quienes andan tan borrachos que ya no se sostienen en pie. El alcohol barato se puede comprar a cualquier hora y en cualquier lugar, en las playas o las discotecas. En lugares como Magaluf, en Mallorca, más de 200 bares compiten por emborrachar a los turistas.
Las Violaciones
La desinhibición ocasionada por las drogas y al alcohol se traduce en violencia. Las mujeres a menudo son sus víctimas directas, ya siendo asaltadas por ebrios o estando tan alcoholizadas ellas mismas que se ponen en situaciones de riesgo. Entre violaciones e intentos de violación, nunca se baja de 20 casos según números oficiales de las comunidades… en el presunto caso que se reporten.
El Balconing
La práctica de los jóvenes de pasar de un balcón a otro en los hoteles, bajo el efecto de las drogas o el alcohol ya reporta hechos lamentables durante este año. Una joven británica resultó gravemente herida durante la semana pasada en Salou, y otras comunidades reportan históricamente más de 40 incidentes, muchos de ellos fatales.
Muertes por alcohol
Las muertes por efecto directo o relacionado con el alcohol siguen en aumento, reportándose ya más de 60 en lo que va de año.
Robos
Los turistas borrachos son presa fácil para los ladrones, que muchas veces son chicas que ejercen la prostitución. Esta última no está penada en España, por lo que las ladronas solo pueden condenarse si son atrapadas durante el acto o denunciadas por la víctima, que casi siempre está tan borracho que no puede reconocer a quien le robó.
Peleas
El exceso de alcohol acarrea violencia, por lo que el número de altercados y conductas no adecuadas aumenta sensiblemente con la llegada del turismo de borrachera.
Las conductas inadecuadas
Los ayuntamientos de las localidades turísticas de Salou, Lloret de Mar, Rose y Barcelona han debido prohibir que se pasee por la ciudad desnudos o en traje de baño. Esta medida refleja la práctica por parte de los turistas de andar ligeros de ropa, ofendiendo así a los locales y alterando el orden público.
Las localidades de la Costa de Oro reciben cada vez más turistas en busca de fiesta y menos turismo familiar. Frente a ellos, los empresarios locales señalan: “Queremos turismo, claro, ¡pero no este turismo!”.
