Viviendo La Cultura Maorí En Nueva Zelanda
Te hablamos de algunos sitios ideales para vivir la cultura Maorí.
No hay mejor símbolo neozelandés que la cultura maorí. Con sus rostros tatuados, sus danzas de guerra y su historia viva, los maoríes representan una cultura originaria que se ha mantenido vivo a lo largo del tiempo, integrándose con otras culturas sin perder su identidad.
Privilegiados por la naturaleza de esta isla del pacífico cercana a Australia, la población autóctona de Nueva Zelanda es una comunidad abierta y receptiva al turismo, orgullosa de sus tradiciones y ávida de mostrar su legado.
Una cultura extendida
En Nueva Zelanda es normal la presencia de esta cultura. El visitante tiene muchas oportunidades durante el día de escuchar la lengua, ver televisión maorí o disfrutar de un banquete típico cocinado en el suelo llamado hangi.
Los espectáculos culturales con música y danzas tradicionales son frecuentes, incluyendo las famosas hakas o danzas de guerra. Los más valientes pueden incluso someterse a un tatuado de rostro, el ta moko, como suvenir indeleble de sus visita.
Arte rupestre en Timaru
El Maori Rock Art centre de Timaru es un sitio excelente para conocer sobre el arte de esta cultura, con paseos in situ de tres horas. Sólo el 14% de los maoríes viven en la Isla del Sur, pero la mitad habita en Canterbury: su historia se recoge en el Canterbury Museum, el Akaora Museum, el Okains Bay Maori & Colonial Museum y el South Canterbury Museum
Los tesoros del Te Papa
El Te Papa Tongarewa en Wellington muestra una serie de objetos de la civilización maorí. Es un museo interactivo, especialmente concebido para que los niños aprendan, siendo la entrada gratuita.
Jade en Hokitika
Hokitika, en la costa oeste neozelandesa, es el principal yacimiento de jade del país y asentamiento de numerosos maestros talladores. Muchas de herramientas tradicionales de esta piedra preciosa pueden admirarse en el Hokitika Museum.
La costa de Hokianga
Solitaria, espectacular y escarpada son algunos de los adjetivos que se apegan al extremo de la Isla del Norte. En esta región se asientan comunidades aisladas maoríes en la ensanada de la bahía de Hokianga. Preferida por el turismo que busca lo natural, es un entorno de exploración amigable.
Los marae
Estos centros de reunión están abiertos a todos y los hay por toda Nueva Zelanda. En ellos se hacen reuniones (huis), se conversa sobre problemas de la comunidad, se imparten clases, se festejan eventos y se despide a los muertos.
Los visitantes duermen en el salón de reuniones, en colchones en el suelo, se toca música, se cuentan relatos y se hacen bromas.
Un baño en las aguas sagradas de Rotorua
La isla norte, Rotorua, es la zona geotermal más activa de Nueva Zelanda.
Sus piscinas de aguas humeantes y sus charcas de lodo que ebulle son consideradas sagradas por la cultura maorí, que constituye el 35% de la población de la isla. Hay que visitar también el yacimiento de Toi’s Pa, el asentamiento más antiguo del país.
Los bosques de Waipoua
Los bosques de kauris de Waipoua, en la costa oeste de Northland, son parte del legado de este pueblo. Recorrerlos con un guía local toma 4 horas, se hace al atardecer y es el preámbulo para una noche de historia y vivencias tribales donde se recitan karakias (oraciones) a los árboles.
Los enclaves maoríes más importantes de la zona son el cabo Reinga, los Waitangi Treaty Grounds, la Ruapekapeka Pa Historic Reserve y el Tane Mahuta.